Por qué me apasiona tanto la bicicleta, el Yoga y Qigong?
La bicicleta en mi vida
Desde los 4 años la bicicleta ha estado presente en mi vida y desde el primer día que la probé no la he soltado.
Aún la recuerdo, era una bici color azul marino con amarillo marca Magistroni y me enamoré perdidamente de ella y de todo lo que representa el ciclismo; la aventura, libertad, independencia, amistades, veranos empapado bajo la lluvia e ir al parque acomañado por mis perros.
Con ella jugaba a ser piloto de avión, camionero, taxista, súper héroe y viajar por el mundo, etc.
Use la bicicleta para ir a la escuela desde tercero de primaria, y eso generó un gran revuelo en la escuela con los profesores y con los padres familia, pues pensaban que mis papás eran unos irresponsables por dejarme ir en bicicleta a la escuela, viviendo en México a principios de los años 90, pero logramos mis papás y yo que nos autorizaran y que pudiera seguir asistiendo de esa manera a la escuela.
Por varios años así lo hice hasta la universidad, a mi trabajo, al súper a una cita romántica, al medico, etc.
He intentado que sea mi medio de transporte principal, trato de usarla más que el coche.
Ha sido mi gran aliada, salir a rodar me ha ayudado en momentos difíciles de mi vida, ha sido una herramienta que me ha ayudado a lidiar con adicciones, pensamientos tontos, depresión y soledad.
La bici me ha ayudado a soñar con vivir grandes aventuras desde mi infancia y a ahora en mi edad adulta atreverme a realizarlas.
Cuando me lesione la rodilla el solo hecho de pensar en hacer un viaje en bicicleta por Baja California, me ayudo a salir adelante a reponerme de la lesión, a vencer la depresión y me motivo a esforzarme a recuperarme y volverme más fuerte que antes, mucho más comprometido y dejar de estar postergando mis sueños. Ya era de cumplirlos.
Con la bicicleta he aprendido a retarme a mi mismo y salir de mi zona de confort.
Me ha ayudado a darle un sentido a mi vida y ha sido mi mejor terapeuta!!!
Cuando estoy haciendo un viaje solo en bicicleta, encuentro muchos momentos para poner en practica mi intuición, mi instinto de aventura, retarme, encuentro espacios para orar, para dialogar con Dios y hasta con mis demonios internos que se ponen bien locos, pero aprovecho esos momentos para estar conmigo.
Yoga
Me certifiqué en Ashtanga Vinyasa Yoga en 2010
Al terminar la certificación sufrí diversas lesiones, por ser un atascado en mi práctica y por la estupidez de mi profesor que me ayudo a lesionarme.
Eso me llevo a practicar por mi cuenta por dos años, sin asistir a clases o estudios de Yoga, estaba traumado con los ajustes que hacían los instructores y la manera tan competitiva con la que practicaba, que me llevó a dar más de lo que mi cuerpo podía.
Cuando decidí alejarme de los estudios de yoga y aislarme, por primera vez permití que mi respiración y mi cuerpo fueran mi guías y maestros.
Comprendí la importancia de llevar una respiración profunda y consciente, y la lentitud de los movimientos, para poder ir más profundo y en vez de lesionarme comenzar a sanar.
Eso me enseñó a ir encontrando secuencias y movimientos que me ayudaron y me fortalecieron de manera física, mental y espiritualmente.
QiGong
Es una de las cinco ramas de la medicina tradicional china y antecesor del Tai Chi.
Una manera de traducirlo es: el cultivo de la energía interna.
En el verano del año 2019 me rompí el menisco derecho y el 80% de los ligamentos cruzados posteriores.
La única solución conocida para los medicos y fisioterapeutas era una cirugía.
Me daba la impresión de que operarme era una forma de llenar sus bolsillos y ayudarles a solventar sus compromisos económicos.
A parte de que parecía que estaban empeñados a romperme la voluntad y con ello mi espíritu, cada vez que les preguntaba por otras opciones que fueran distintas a una cirugía.
Por un lado por orgulloso y por no tener los medios suficientes para cubrir los costos de la operación y también por que en mi interior sabia que había otras formas de recuperarme sin tener que operarme e irme por la vía lenta que posiblemente era una mala decisión como muchos me decían.
Si no me operaba según los medicos, no iba a ser posible para mi retomar el ciclismo y mucho menos poder hacer un viaje en bicicleta, uno me dijo que si no me operaba en unos años él mismo me iba poner una prótesis de rodilla en unos años, porque no había manera de arreglar eso sin cirugía.
Me mantuve firme en mi decisión pero después de 3 meses en los que no veía realmente un avance o mejoría, y comencé a caer en la frustración y pensar que tal vez me había equivocado en mi obstinación por no operarme.
Conocí el Qi Gong en Youtube, el algoritmo de Youtube me comenzaba a recomendar una serie de videos cada vez que me metía a buscar algo en que entretenerme, ya había pasado tal vez un mes que el algoritmo, a veces pienso que Dios también actúa a través de los algoritmos.
Dije: bueno voy a ver que esto de Qigong y comencé a practicarlo, lo impresionante es que al terminar la primera sesión pude sentir como la energía Qi (Chi) fluía hacia la zona lesionada. Y eso era precisamente lo que sin saber estaba buscando, que la energía fluyera a esa zona, pues la rodilla solía atorárseme o se salía de su lugar.
Al cabo de estarlo practicando durante dos semanas continuas; por primera vez en tres meses pude caminar sin muletas.
La practica del Qigong me demostró de cierta forma mi locura, la locura por ir tan aprisa en todo lo que hacia, que no tenía realmente un momento de claridad, calma y paz interna (aunque me dedicaba a dar clases de Yoga) lo hacia desde un lugar del Ego, de apurarme y tratar de hacer todo en poco tiempo.
Se me había olvidado lo que me había enseñado la lesión anterior, cuando me certifiqué en yoga, por ser un atascado.
El Qigong me mostró la locura de lo que consideraba ser exitoso, tener fama, ser muy solicitado y creer ser un buen instructor, etc. No tenía nada que ver con el ritmo de vida ajetreado y ausente de mi mismo que llevaba.
A partir de darme cuenta de mi forma de vivir decidí cambiar mi manera de dar clases, haciendo que mis alumnos estuvieran más presentes y conscientes. Ir más lento y aunque a mis alumnas súper intensas no les encantaba la idea, mi ritmo se hizo más pausado, consciente y profundo.
Mi popularidad como profesor cuyas clases (eran buenísimas) porque eran fuertes, bajó.
Entré en una especie de crisis positiva y decidí dejar de dar clases de Yoga para satisfacer los gustos de las personas y comencé a trabajar con grupos de Qigong en linea durante la pandemia.
En el 2021 me certifiqué en Qigong con la maestra que un día el algoritmo de YouTube me había sugerido dos años atrás.
Ahora me siento más claro y he aprendido a combinar la fuerza con la suavidad y notar los beneficios de ambas practicas, no todo es fuerza o todo suavidad sino entender en que momento aplicar cada una…
Y sacar lo mejor de esta combinación.